56. Esta gente

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Estaba haciendo cola, esperando a que me atendieran en la papelería, cuando una familia entró en el pequeño establecimiento. Madre, padre e hijo. El hombre estaba ataviado con sandalias de hule, pantalones de tela y una camisa desabotonada que dejaba ver su playera blanca sin magas. Venía haciendo aspavientos y hablando con improperios y amenazas. Olía a alcohol, con todo y que era media tarde.

La mujer, de falda floreada y blusa negra, agachaba la mirada y apenas murmuraba. El hijo, un chiquillo que seguro estaba en los primeros años de la primaria, vestía aun su uniforme de la escuela, excepto porque había cambiado sus obligatorios zapatos negros por unas chanclas. Estaba tan silencioso como su madre.

Al hombre no le importó la fila; pasó al frente del mostrador y exigió a la señorita una libreta con tales y cuales características. La empleada no pudo hacer más que obedecer a esa voz tan imperiosa. Tanto el cliente que estaba siendo atendido, como los demás que nos encontrábamos en la fila, nos perturbamos demasiado como para protestar.

-¿Estas son las que necesita?- le preguntó al hombre a su esposa cuando le entregaron las libretas; ella asintió en silencio.

-Si no son éstas, te vo’ a partir tu madre –sentenció el hombre.

Sin duda porque quería acabar cuanto antes, la señorita realizó la transacción de la forma más expedita. Al terminar, cuando ya estaban saliendo por la puerta, el hombre enfatizó la advertencia:

-Más te vale que ahora sí sean éstas, porque si no –hizo una pausa antes de decir cada palabra acompañada de un dedo amenazante  –te vo’ a partir tu madre.

Salieron y el lugar quedó en silencio. Miré a mi alrededor, en esa pequeña papelería del norte de la ciudad, bien iluminada y con aire acondicionado, sucursal de una cadena citapianense, cuyos dueños tenían una hija con la que yo estudiaba la prepa. Miré al puñado de personas que esperaba turno, todos con sus ropas cómodas y casuales, pero adquiridas en las mejores tiendas de los centros comerciales.

-Qué horror –dijo una señora que estaba frente a mí- ¡Cómo es esta gente!

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Acerca de Maik Civeira

Escritor friki.
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